Carlos Manuel Ávila

Nació el 14 de agosto de 1941 en Famaillá, provincia de Tucumán, y falleció el 6 de diciembre de 2014 en Córdoba. Antes de su secuestro trabajaba en una estación de servicio de la ciudad de Córdoba, donde se desempeñaba como delegado gremial de los petroleros privados. A raíz de su actividad sindical y de su militancia en el Ejército Revolucionario del Pueblo-Partido Revolucionario del Pueblo, lo secuestraron el 25 de mayo de 1975 en Unquillo, provincia de Córdoba, para llevarlo a la comisaría de la misma ciudad y, luego, al CCD Departamento de Informaciones de la policía de Córdoba (D2). A mediados de 1975 fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en la cárcel de San Martín, después de permanecer ahí un tiempo en condición de desaparecido. Enseguida fue transferido a la cárcel de La Plata y, posteriormente, a la de Sierra Chica. En el momento del levantamiento de Sierra Chica fue trasladado a Rawson; luego a Caseros y, por último, a Villa Devoto de donde salió con libertad vigilada en 1983[1].

Carlos Manuel Ávila, más conocido como «el Mate de plata», ilustra, con su poesía, las distintas formas que los autores de la prisión tuvieron y encontraron para componer, a pesar de la falta de todo. En efecto, los poemas que se presentan a continuación fueron compuestos mentalmente en una celda de castigo en la cárcel de Sierra Chica en 1978; cumplía ahí una condena de 105 días. Sus poemas nunca fueron pasados por escrito, sin embargo, su recitación regular, tanto en la prisión como en libertad, hasta el día de su muerte, demuestra la intención del autor de valorar sus textos mediante su difusión oral; su cabeza y su voz pasaron a ser los soportes de los poemas. Es por esta razón que no se puede presentar aquí ninguna versión original, y que su transcripción y publicación se hacen imprescindibles, so pena de verlos desaparecer[2].


[1] Datos disponibles en «Junto a Carlos Ávila», entrevista a Carlos Ávila por Raúl Viarruel, en el blog El Dirigible, 11 de octubre de 2012. (Consultado el 07 de octubre de 2015). Disponible en: http://eldirigiblenacional.blogspot.com.ar/2012/10/junto-carlos-avila-mate-de-plata-por-el.html

[2] La transcripción y la disposición gráfica de los poemas han sido realizadas y decididas junto con el autor durante un encuentro en 2011.


Poemas

Alicia Ester Schiavoni

Nació el 21 de mayo de 1949 en Rosario del Tala, provincia de Entre Ríos. Se radicó en Córdoba después de haberse recibido de maestra. Allí, consiguió trabajo en Fiat y empezó una carrera de fisioterapeuta. Comenzó a militar a fines de 1973, momento en el cual secuestraron a su hermano, Eduardo, que formaba parte del Partido Revolucionario del Pueblo. En 1974, integró Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas de Córdoba que se dedicaba a la solidaridad con los presos políticos, hasta que la secuestraron en octubre de 1975. La llevaron al CCD Departamento de Informaciones de la policía de Córdoba (D2), y de ahí a la cárcel de San Martín donde permaneció hasta diciembre de 1976, fecha en la cual se efectuó un traslado colectivo a la prisión de Villa Devoto. Salió en libertad en enero de 1981.

Los poemas que Alicia Schiavoni escribió en la cárcel de Villa Devoto entre 1978 y 1980, en cuadernos, tienen la particularidad de no parecerse a ningún otro. A diferencia  de muchos poetas de la cárcel, ella no escribió tanto para ser leída, sino más bien, como ella dice «porque necesit[aba] quizás ver[se ella] en eso que escrib[ió]»[1]. De hecho, es muy interesante ver que su letra es bastante difícil de descifrar por otra persona que no sea ella.

Lugar de reflexión e introspección, la cárcel ha despertado en Alicia Schiavoni una necesidad profunda de encontrarse con ella misma. La escritura poética ha sido un medio muy importante en este proceso de pensarse y escribirse para, según ella, «sacar afuera» los sentimientos generados por la situación de cautiverio. Cabe preguntarse entonces si estaríamos leyendo, hoy, los poemas de Alicia Schiavoni si la dictadura no hubiera secuestrado y asesinado a su hermano, o si ningún encierro hubiese cortado su libertad. No lo sabremos nunca. Lo que sí sabemos, es que en aquellas circunstancias, la poesía le proporcionó un lugar para ser ella misma.


[1] Este dato ha sido proporcionado por Alicia Schiavoni en una entrevista personal realizada en Córdoba, el 9 de noviembre de 2010.


Poemas