Luis José Bondone

Nació el 7 de agosto de 1927 en la ciudad de Bell Ville, provincia de Córdoba, y falleció el 22 de mayo de 2013 en la misma ciudad. Antes de su secuestro se desempeñaba como abogado en Bell Ville. Su solidaridad con causas vinculadas a los derechos humanos, junto con su adhesión al Partido Comunista, lo convirtieron en blanco de la dictadura militar. El 28 de marzo de 1976 fue secuestrado con sus dos hijos, Lisandro y Mariano. Los condujeron inmediatamente a la comisaría de Villa María, y luego los llevaron a la cárcel de la misma localidad. En diciembre de 1976 fue trasladado con Mariano a la cárcel de San Martín, y a los cinco días, a la de Sierra Chica, de donde salió en libertad en abril de 1977. Después de su liberación, volvieron a secuestrarlo en septiembre de 1978 para llevarlo al CCD La Perla de Córdoba. Fue liberado una semana después[1].

Los poemas de Luis José Bondone que se presentan en este archivo fueron compuestos durante su cautiverio en la cárcel de Sierra Chica, entre los años 1976 y 1977. Ponen de manifiesto el rol que se adjudicó a partir de la situación dramática que le tocó vivir con sus dos hijos, con quienes compartía todo: desde las condiciones de maltrato, hasta la esperanza, pasando por las propias herramientas de escritura. En efecto, los poemas de Bondone se encuentran en su formato original en el cuaderno de su hijo Mariano que lo acompañó durante toda su detención. Si la escasez de material de escritura no impidió la producción poética, está claro que sí la condicionó, como se puede observar en los manuscritos originales donde los versos se siguen y están separados por barras oblicuas para aprovechar el espacio al máximo. Es de suponer que esta disposición se debió a las limitaciones impuestas por las autoridades del penal en la compra de cuadernos, hipótesis confirmada por la transcripción que el autor realizó luego en libertad, que no respeta la versión original.

En definitiva, si Bondone encontró la fuerza para resistir principalmente en la figura de sus hijos, y en lo que lo esperaba en libertad, es evidente que la escritura también ha sido un vital cable a tierra que lo ayudó a reafirmar sus responsabilidades. Pero conviene preguntarse hasta qué punto habrá podido mantener la entereza cuando su propio hijo Lisandro «hacía un gran esfuerzo para que [su] padre no supiera que [lo] estaban golpeando»[2]. La poesía no habrá resuelto los lógicos miedos y angustias de saber a sus hijos maltratados y privados de su libertad. Sin embargo, no cabe ninguna duda de que fue una forma, para Luis José Bondone, de escribir y recordar las razones de la lucha por sobrevivir.


[1] Por más información acerca del autor, invitamos al lector a consultar su libro testimonial: Bondone, Luis José. Con mis hijos en las cárceles del proceso. Bell Ville: Diseño gráfico, 2005.

[2] Declaración de Lisandro Bondone en la Megacausa La Perla, el 14 de mayo de 2012 en Córdoba. (Consultado el 10 de agosto de 2015). Disponible en: http://www.eldiariodeljuicio.com.ar/?q=cronicas-claves/37%2B19/907

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